Asomándome a Huesca

Visitar una ciudad con un tour organizado es la forma más segura de no conocer esa ciudad, como no se complemente con algo de iniciativa propia. A veces me acuerdo de esos pobres turistas extranjeros a los que enseñan durante el día el Palacio Real, el Museo del Prado, la Cibeles, la Puerta del Sol, las Ventas, el Bernabeu..., y por la noche les llevan en fila a una sesión guiri de un tablao flamenco, y se marchan convencidos de que han conocido Madrid.

Conocer una ciudad no es sólo ver unos cuantos monumentos. Es sumergirse en sus paisajes, sus gentes, sus costumbres, sus ritmos, sus rincones, respirar el aire de sus calles... No digo que sea fácil. Pero sin duda es mucho más atractivo.

Estoy convencido de que la mejor forma de acercarse a un lugar –siempre que se pueda- es ir de la mano de un buen anfitrión local. Si ello no es posible, pues informarse primero –libros, internet...- y después callejear, dando también un margen a la intuición, vivir la ciudad, dejarse empapar por ella.

Hace poco estuve en Huesca. Fue apenas un fin de semana fugaz, una visita incompleta, una primera aproximación, con posibilidad de ver muy pocas cosas, por lo que este comentario no son más que unas pinceladas. Sería por mi parte absurdo pretender que conozco Huesca, a la que sólo me ha asomado brevemente, por vez primera. Pero también estoy seguro de que, a pesar de estas limitaciones, en ese poco tiempo pude captar mejor el alma y el sabor de la ciudad que algunos turistas víctimas de esos recorridos organizados. Y es que en este caso tenía una anfitriona de lujo, la periodista Virginia Fermoselle (un besazo, Vir), una oscense que no sólo conoce, sino que vive su ciudad natal.

La Huesca actual, con cerca de 49.000 habitantes, es heredera de la Olscan ibera, de la Osca de los romanos y de la Wasqa musulmana, incorporada al Reino de Aragón en el siglo XII.

Tiene una hermosísima catedral, gótica aunque con restauraciones y añadidos posteriores. Tanto la fachada como las naves interiores resultan impresionantes para el visitante.

En la misma plaza está el Ayuntamiento, edificio renacentista que tiene en la fachada una galería y dos torres laterales. Por la ciudad, hay otras muchas iglesias de interés arquitectónico y artístico. Se pueden recorrer a pie las calles del casco viejo, que dan una idea de la disposición de la ciudad originaria y que atesoran historia en cada rincón.

El Museo Provincial incluye en sus actuales dependencias el lugar donde, en el palacio de los Reyes de Aragón, sucedieron los hechos de la Campana de Huesca -¿historia? ¿leyenda?-, que supuso la decapitación de varios nobles que desobedecían el poder real de Ramiro II, episodio representado también en un cuadro que se conserva en el Ayuntamiento.

En las inmediaciones de la ciudad, además de numerosos parajes naturales que merecen la pena, hay varias ermitas, y se recorta la imagen del castillo de Montearagón. No hablo de la provincia, de los pueblos, de los paisajes, de los Pirineos... porque materia tan amplia y fascinante excedería con mucho el objeto de este comentario.

Pañoleta verde al cuello, toda la ciudad de Huesca se vuelca en agosto –¡¡¡y de qué forma!!!- con las fiestas de San Lorenzo (santo que dicen nacido allí). Los festejos laurentinos (a los que no me pude quedar, y bien que lo sentí) dan comienzo con un concurridísimo y muy animado chupinazo, cuentan con mairalesas de los distintos barrios (una especie de reinas de las fiestas pero de raíz tradicional) e incluyen en su amplio programa de actos una feria taurina de prestigio, la procesión y la popularísima figura de los danzantes, además de verbenas, actuaciones, competiciones y actividades variadas.

Como anécdota, observé que el cartel de fiestas, que reproduzco –no elegido por concurso, sino directamente encargado por el consistorio-, esa especie de dibujo infantil de un conejo con la pañoleta verde, parecía no haber gustado a casi nadie en Huesca. Pude confirmarlo días más tarde de mi regreso, al oír que, en el chupinazo, la multitud gritaba “ese conejo es una mierda”. Compruébenlo ustedes mismos:


Entre los locales de ocio que me dio tiempo a disfrutar, tengo que destacar el café Botánica, un magnífico caserón con original decoración, regentado por nuestro amigo Miguel Ángel, y que tiene dependencias tanto de restaurante –en plan mesón, con raciones- como de cafetería, terracita en el buen tiempo y bar de copas. Si de copas se trata, no debemos olvidar tampoco el acogedor y animado Pentagrama. Y en modo alguno hay que dejar de pasar por la sala Edén, que tiene una amplia oferta que va desde el café de la tarde hasta conciertos en directo por la noche.

Ya sé que es escaso lo que cuento, forzosamente incompleto, que me dejo mil cosas importantes de Huesca sin reseñar... Pero estuve apenas un día y medio, ¿qué quieren? A mí me supo a poco... pero me supo muy bien. El día después tenía auténtico mono. En fin, que habrá que volver...

12 comentarios:

Anónimo dijo...

cuanta razon tienes: lo de los tours sirve para conocer los monumentos de una ciudad, pero no la ciudad. No conozco Huesca pero tu comentario anima. Seguire con interes otras sugerencias de viaje que espero que publiques, siempre esta bien conocer testimonios de primera mano y no solo folletos turisticos.

Zeivia dijo...

Hola Carlos. Me ha gustado el reportaje que has hecho sobre mi amada Huesca. La verdad que un post no da mucho de sí para relatar todo lo que se podría relatar de Huesca, pero has hecho un resumen muy bueno.

Efectivamente tuviste una guía de lujo... anda que nos suspiramos veces los chicos de mi clase por Virginia en los tiempos en los que aún estudiábamos BUP.

En cuanto a lo del cartel... pues hay alguno que si que le ha gustado pero... es que no identifica para nada con las fiestas de San Lorenzo (salvo el detalle de la pañoleta). Todos los oscenses queremos que vuelva a haber concurso para elegir cartel (aunque caemos en el riesgo del 'tongo').

Me alegro de que te gustara la ciudad, espero que la proxima vez que vuelvas te encandile todavía más. 1 abrazo.

karlos dijo...

Solo dia y medio, cobarde, quien puede solo estar dia y medio en pleno San Lorenzo y no coer sindrome de abstinencia. Jejejeje.
En serio nos has puesto por las nubes a la ciudad y a los Huesconitas, gracias y esperamos tu visita mas veces para que puedas recorrer toooooooooooda la provincia, que hay muchos rincones que merecen la pena, aunque no esten en fiestas. Ah y nada de viaje programado, Huesca necesita ser conocida como dices sin ataduras, dando paso a la improvisación.
Grandes Saludos

Peibols dijo...

Deberías haber indagado más en el tema mairalesas que es una cosa que me encanta (quizás porque nunca me propusieron como mairalesa de mi barrio).

Solo al Pentagrama?
Si vienes a Huesconsin y no pisas el Cubitos es como no haber venido.
(Con todos mis respetos al dueño del Penta que me hace esos estupendos 2x1)

Anónimo dijo...

Puñetera ciudad que enamora silenciosamente hasta hacerte estremecer, llorar se dice sin disimulos, cuando en la lejanía te llega su aroma. Dura de cojones, ingrata tantas veces, tierna en su meollo, hermosa a segunda vista más que ninguna otra. "Dos veces invicta". Universitaria antes de las universidades, irreal como un cuento de Javier Tomeo, hortelana, capaz de esconder noches extrañas, blanca, rezadora, verde. Y cualquier año en segunda A. El día que Huesca te apriete, Carlos, te vas a enterar de qué color es la nostalgia.
Abrazos, y palante compañero que el camino es largo.

Anónimo dijo...

Hola, soy de Huesca y esta definición me ha emocionado...

villafelizhuesca dijo...

Tu resumen es cojonudo Huesca es lo mejor del mundo, joer y encima vienes a fiestas, ahhh en Huesca es cohete anunciador NO chupinazo, y hay que conocer mas bares, el cubitos (en honor a peibols), el oscense, la parra, el moe, y el mibarkopas (a no este solo por el dia pa tapas). Para lo que gustes VIVA HUESCAAAAA!!!!

villafelizhuesca dijo...

el resumen de mi ciudad es cojonudo y los coments muy buenos, Huesca es.... Huesca , ideal como la vida misma, desde mi humilde opinion señalar que en Huesca el chupinazo no exite es el cohete anunciador, ahh y pa ir de copas el cubitos (en honor a peibols), el oscense, la parra, el moe y sobre todo el Mi Bar pa tapas y risas. Ole tu y tu visita a HUesca gracias por venir y que sepas que VIVA HUESCAAAA!!!

Carlos J. Galán dijo...

Gracias, Javier, Karlos y amigo anónimo, por los comentarios.
A Peibols, que me he divertido mucho con tu blog y que de lo de mairalesa no te preocupes que me lo empollo a ver si apruebo en septiembre -en verano el tiempo no me dio para más-.
Al amigo P...., anda que serías tú mal cicerone por Huesca. Para la próxima visita, cuento contigo, que tenemos unas cañitas pendientes en tu tierra.
Villafelihuesca, perdona el retraso en moderar el comentario, pero me pillaste fuera de España y no anulé la moderación ni dejé a nadie a cargo, desorgaizado que es uno. Lo del cohete anunciador, es verdad que en el programa de fiestas viene así; no sé si lo del chupinazo me lo he inventado por influencia sanferminera o si lo escuché así a la gente de allí con la que estuve.
A Peibols y Villafelizhuesca, que tomo nota de los sitios que sugerís. Ya le preguntaré a Virginia para la próxima escapada.

Anónimo dijo...

Carlos, quizá te interese saber que la original decoración del café Botánica la ha realizado la misma persona que dibujo el conejo del cartel de SAN LORENZO 2007también conocido como "ese conejo es una mierda" ;) SALUDOS.

Anónimo dijo...

hi, new to the site, thanks.

Carlos J. Galán dijo...

Bienvenido y un saludo.